EDUCACIÓN 17

Sociología de la educación: disciplina para la reflexiÓn de la práctica docente

invitado ACADÉMICO: javier herrera cardozo

Doctor en Educación, Universidad de Baja California (México). Magíster en Educación. Especialista en Didáctica para Lectura y Escritura con Enfasis en Literatura. Licenciado en Educación Básica Primaria. javierherrera63@gmail.com

 

RESUMEN

La sociología nace en el siglo XIX en medio de las crisis sociales de la época y fue la opción para interpretar, comprender y orientar el camino de la sociedad. Con el tiempo su campo de acción se amplió y pasó a convertirse en un aporte valioso para el estudio del fenómeno social de la educación. En este artículo se expone la génesis, el objeto de estudio y algunas visiones teóricas que puede utilizar la sociología para explicar el fenómeno social. Luego, se precisa la importancia de la sociología de la educación, disciplina con una nueva perspectiva del estudio del fenómeno social, fundamental para la formación de los docentes. La razón: sin un criterio o un norte que le oriente hacia dónde va su labor y cuál es su papel para el cambio social, ¿es posible que el docente reflexione sobre su práctica, mejore la calidad de la educación y genere cambios sociales? Finalmente, como aporte para los docentes, los investigadores educativos y, a manera de guía para un currículo de formación docente, se presentan los comentarios de las teorías representativas de la sociología de la educación.

 

PALABRAS CLAVE Educación, sociología, sociología de la educación, teorías sociológicas y formación de docentes.

 

 

INTRODUCCIÓN

El hombre siempre se ha desarrollado en compañía de sus semejantes. No se concibe un ser solo dentro de un sistema social. Es difícil surgir sin estar inmerso dentro de un grupo. Imaginemos lo arduo que sería para un sólo individuo aprender, educarse, cazar un animal, recolectar el alimento, construir su vivienda, curarse y defenderse de los ataques de otras personas o animales. Por ello, todo individuo requiere de una comunidad para poder formarse y desempeñarse como ser humano. Existen razones biológicas que sustentan la necesidad de interaccionar con otras personas. Al respecto, Llinás (2003) precisa que somos cerebros sociales, cualidad que nos permite sobrevivir y progresar. De ahí que, a pesar de las limitaciones individuales, si esos cerebros se unen, producen más y tienen mayor posibilidad de sobrevivir que un solo cerebro con capacidades excepcionales. Por ello, la importancia de vivir y estar inmerso en una sociedad. Dentro de esta, mediante procesos de socialización en instituciones como la escuela, el hombre se forma para hacer parte, aportar y garantizar la supervivencia de la misma.

 

Pero, cómo se dan, cómo entenderlos y cómo han sido esos procesos de socialización en el transcurso de la historia de la humanidad ¿Por qué en una sociedad funcionan y en otra no? ¿Qué beneficios trae la socialización?, etc., son algunos de los cuestionamientos que investigadores sociales se han planteado. Por eso, para acercarse, comprender y dar respuesta a esos cuestionamientos del fenómeno de la socialización, nace como ciencia la sociología en el siglo XIX. Ciencia, que con el tiempo fue aportando a la comprensión del fenómeno social y, luego, a estudiar, comprender y proponer, mediante la sociología de la educación, la socialización en la escuela, una de las instituciones, en donde se gestan y dan las bases para el desarrollo y permanencia de una sociedad. Cuáles fueron los inicios y los aportes de la sociología a la educación, porqué una sociología de la educación, qué teorías han dado explicación al fenómeno de socialización y por qué los docentes necesitamos saber de este tema, son los interrogantes que se desarrollarán en los puntos tratados en el presente artículo.

 

SOCIOLOGÍA Y SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN

 

Génesis

Para iniciar, Rojas (2014) considera que a la sociología se le considera como una ciencia de la crisis, porque emergió en una etapa de crisis sociales. Crisis, que permitieron las reflexiones en torno a la sociedad. Por ello, en su labor, el sociólogo desarrolla tres tareas: establece, tanto de las sociedades humanas como de las instituciones donde la persona está inmerso, su naturaleza y propiedades; investiga la procedencia de la relación entre las estructuras y funciones de la actividad y cohesión social, y formula teorías empíricas o leyes que expliquen los cambios y el crecimiento de la vida social, incluso, cómo interpretarlas a partir de las leyes esenciales.

 

De otra parte, López (1994) precisa que, como ciencia, la sociología nació en el siglo XIX interesada en el estudio atento de la sociedad y las acciones, consecuencias y/o relaciones entre las personas. De ahí que sea considerada como crítica y reveladora de los fenómenos y dinámicas que se viven en una sociedad o en una entidad socializadora como la educación. Así mismo, puede servir como garante de la conservación de la unidad de un régimen político, difundiendo sus valores o reforzando las formas de represión que pueden ser nefastos para la mayoría de la población. También, la sociología puede ser un elemento de reflexión de los fenómenos que afectan negativamente a la sociedad y, con ello, proponer valores que la beneficien, es decir, generar una conciencia sociológica para aportar éticamente y evitar el deterioro social. Así mismo, no se puede desconocer que:

 

la sociología como disciplina autónoma desligada de la metafísica, la ética o la teología y comprometida con las exigencias del método científico, nace a mediados del siglo XIX. Durante mucho tiempo ha sido usual citar el nombre de Comte como fundador de la sociología. Ciertamente, fue él en utilizar el término sociología para sustituir su anterior expresión de física social (…) el nacimiento de la sociología viene marcado en un conjunto de factores (…) de orden intelectual-teórico y factores de orden social y económico (Rodríguez, s.f.).

 

De lo anterior, se deduce que como ciencia, la sociología, en comparación con otras ciencias, es relativamente nueva. Además, nace en un siglo marcado por grandes cambios a nivel internacional en ciencia, teconología, economía, política, arte, cultura e, infortunadamente, por guerras y revoluciones. Con todo ese panorama social era evidente el surgimiento de una ciencia que comprendiera, realizara un análisis profundo de estas acciones y fenómenos sociales y, de la misma forma, planteara propuestas de mejora u organización de otro tipo de sociedad, acorde con las necesidades de las personas, el contexto y la época. De esta manera, la sociología fue definiendo su campo de acción y su objteto de estudio.

 

Objeto de estudio

Castillo (2012) aclara que el objeto de estudio de la sociología es vivo y en continuo cambio. De ahí que cuando se estudian los fenómenos sociales y sus vínculos con la sociedad, no se trata de algo exacto producto de un resultado de laboratorio, como en otras ciencias, sino de descripciones y acercamientos para explicar las dinámicas entre grupos e individuos de instituciones sociales. Todo, basado en un ejercicio riguroso de investigación a partir de métodos, prácticas, valores y modelos con una lógica, en donde se genera el conocimiento para una determinada comunidad. De esta manera, se pueden dar orientaciones y establecer determinaciones para generar o transformar la situación estudiada a nivel individual en los gobiernos o en las instituciones.

 

Por tal razón, Rojas (2014) expresa que la sociología, además de tener a la sociedad como objeto de estudio, su contribución se basa en la rigurosidad científica, es decir, para interpretar la sociedad, implementa métodos cualitativos y cuantitativos. De ahí que, en ocasiones, se le rotule como positivista, pero desde sus inicios, mediante el desarrollo del método científico y la crítica, buscó alejarse de la emoción y la religión, para interpretar la realidad, requisitos propios de la sociología. Por ello, aunque se puede decir que estudia la sociedad desde una óptica global o particular (macrosocial y microsocial), una definición de sociología dependerá de la postura teórica del autor. En cuanto a su utilidad, está determinada por la sociedad. Esta la puede valorar o subvalorar, y la comunidad científica y los entes del poder, son los que consideran su conveniencia o no.

 

De acuerdo con lo anterior, el panorama de la sociología se limitaría a las exigencias de la sociedad y el poder. Por eso, una condición de la sociología es estar actualizada y a responder a las exigencias de una sociedad en constante cambio. Es ahí en donde el rigor científico de esta ciencia hace sus aportes, genera espacios y se vuelve creíble ante la sociedad. Pero, como se manifestó anteriormente, la utilización del método científico por parte la sociología no implica que sea una ciencia desarrollada en un laboratorio, sino una ciencia social que observa, analiza y explica el hecho social desde diferentes perspectivas.

 

En la siguiente tabla se presentan tres visiones teóricas que la sociología puede utilizar para explicar el fenómeno social.

 

 

Es evidente que, dado que el objeto de estudio de la sociología es la sociedad, este es complejo y cambiante como ella. Por tal razón, la sociología no puede supeditarse a una sola perspectiva teórica para su estudio e interpretación. De ahí que, según la época, la sociedad y el contexto, surgirán muchas teorías. No obstante, las teorías presentadas en la tabla anterior son de conocimiento fundamental y un punto de partida para el investigador que desee iniciar un estudio sociológico de una institución o sociedad. Así mismo, la sociología tiene variados campos en los que puede implementarse. Uno de ellos es la educación, me refiero a la sociología de la educación.

 

Sociología de la educación

López (1994) subraya que a finales del siglo XIX, contrario a lo que expresaba la pedagogía enfocada en la psicología y teniendo al individuo como el elemento fundamental, el primer sociólogo en considerar a la educación como objeto de estudio y ser interpretada como un fenómeno social fue Emilio Durkeim. Por ello, se le considera el fundador de la sociología de la educación. A partir de ese instante, la pedagogía es influenciada por la sociología. Para Durkeim, la educación es una socialización sistemática de las nuevas generaciones. A partir de estudios históricos comparativos, determinó que entre las estructuras sociales y los sistemas educativos hay una relación. De ahí que la educación como fenómeno social sea competencia de la sociología porque lo social ejerce influencia en su conformación, visión, estructura y funciones.

 

Adicionalmente, Enguita (1987) precisa que:

es algo comparativamente reciente. Mientras la pedagogía tiene ya una tradición secular y la psicología arranca de los comienzos de este siglo, la sociología de la educación solamente despega después de la Segunda Guerra Mundial en los países capitalistas avanzados (…) Este despegue tardío tiene su base en que fue entonces cuando la lógica meritocrática de las sociedades occidentales se volvió del mercado a la escuela en busca de un mecanismo de selección y asignación de las posiciones sociales en una sociedad presuntamente abierta.

 

Luego de una crisis, no es extraño que los gobiernos dirijan su mirada a la educación como elemento para matizar o enmendar los errores. Aunque si es cuestionable que la utilicen como un objeto de conveniencia para generar división y estratificación social. Esto promueve la inequidad y la injusticia social. Sería absurdo entonces que la sociología de la educación se convirtiera en una posible cura de una enfermedad tan terrible como la guerra, en lugar de ser utilizada como un mecanismo de prevención en donde como seres humanos llegamos al extremo de la destrucción mutua.

 

Lo importante es no volver a repetir los errores de la historia, aunque ya van dos guerras mundiales. Al parecer, nos cuesta aprender que a partir de la educación es posible socializarnos y humanizarnos para convivir en comunidad, de tal manera que podamos controlar la agresión entre semejantes. Por ello, la socialización es el centro de la sociología de la educación, y conocer la naturaleza de este proceso y cómo se produce, nos permite explicar la forma en que un individuo se incorpora a la sociedad, como también, de qué manera ésta garantiza su propia existencia (Brigido, 2006).

 

Frente a la educación y la sociedad Azevedo (1992) comenta que como fenómeno social la educación evidencia la objetividad y el poder coercitivo. Es así como la sociología de la educación, a partir del estudio de las acciones pedagógicas, busca presentar una teoría general de los elementos que utiliza la educación, para identificar la raíz de los hechos sociales que se dan en ella una vez se relacionan con las demás manifestaciones sociales, como las económicas, políticas, religiosas, entre otras. Así mismo, Islas, Martín del Campo, Rangel y Romero (s.f.) expresan que algunos sociólogos tradicionales están de acuerdo en que la sociología de la educación es la ciencia social de la educación y, otros, la confunden con las bases sociológicas de la educación.

 

A pesar de ello, Fuentealba (1986) aclara que:

la sociología de la educación busca el conocimiento teórico al tratar de comprender y de explicar la educación y las instituciones educacionales desde un punto de vista sociológico (…) Si consideramos a la sociología de la educación como el estudio de la educación dentro de la realidad social, será tarea suya: 1) analizar sus relaciones con la sociedad junto a sus influencias recíprocas y, 2) examinar el sistema educacional, los subsistemas y elementos que lo componen.

 

Al igual que la sociología, según la época y el contexto, la sociología de la educación puede tener varios campos e interpretaciones. De ahí que, para comprender los procesos de socialización que se dan en su interior y cómo afecta a la sociedad, los investigadores educativos y los docentes deben establecer el criterio de trabajo sobre el cual se acercarán a la escuela. Una cosa sería estudiar los procesos de socialización a partir de lo que se programa en la escuela, otra analizarlos y comprenderlos desde lo plantado por el gobierno central en el sistema educativo, y otra visión se podría recoger a partir de las prácticas educativas. Es decir, la sociología de la educación podría enfocarse en lo macro o micro de la educación, dos opciones diferentes de conocimiento del fenómeno social.

 

A manera de cierre, Rojas (2014) propone que su estudio se puede clasificar desde los siguientes campos: la visión tradicional, para lo concerniente a la relación sociedad-educación y desde otras la sociología educativa vista así: sociología educativa, para el estudio de la parte programática educativa, la planeación y selección de contenidos para identificar cuál es la ideología que las orienta; sociología del sistema educativo, en cuanto al sistema educativo con la sociedad, para revisar cuál es el proceso de admisión, permanencia, promoción, escogencia de carrera, etc., en el ingreso de las personas a la sociedad, y la sociología educacional, para estudiar cómo se da o como se puede dinamizar la práctica educativa.

 

 ¿Para qué la sociología de la educación?

Para un docente en formación o en ejercicio, no es muy claro cómo la sociología y la sociología de la educación pueden aportar al desempeño de su labor en el aula y la escuela. De ahí que sin tener un criterio o un norte de hacia dónde va su labor y cuál es su papel dentro del aula para el cambio social, ¿es posible que el docente reflexione sobre su práctica, mejore la calidad de la educación y genere cambios sociales? Por lo anterior, a continuación, se exponen las razones de algunos autores sobre la conveniencia de la sociología de la educación en la formación de docentes.

 

Al respecto, Tenti (2010) considera que un buen profesional de la educación, apoyado en la pedagogía, la didáctica, el currículo y la psicología, además de saber sobre cómo aprenden sus estudiantes, en especial en esta época histórica, necesita completar su capital cultural conociendo que ellos son sujetos sociales. También, debe analizar cuáles son las razones, cómo se genera y se desarrolla el currículum en la escuela. De igual manera, reflexionar sobre los efectos de la escolaridad para el hoy y el mañana del estudiante en la sociedad y cuál es la función de la educación en la vida de los individuos, los grupos y la sociedad en general. Por ello, el programa de sociología de la educación que se implemente en la formación de docentes debe revisar las investigaciones sobre los efectos y resultados de la escolarización en el desarrollo de las sociedades.

 

También, Guerrero (2007) comenta que el poco sentido crítico y analítico de los docentes se debe a la poca y escasa inserción de la sociología de la educación en los programas de formación. En instituciones como las Escuelas Normales, en donde los docentes iniciaban su preparación, no se incluía puesto que se asumía el concepto de maestro como transmisor de conocimientos. Solo en los años sesenta, a raíz de la concepción del sistema educativo en igualdad de oportunidades y la teoría del capital humano, se incluye en la formación del docente. Ahora con esta formación es posible que el profesor comprenda su lugar en la sociedad, pueda reflexionar sobre su práctica pedagógica, entender que el fracaso escolar no es solo pertinencia suya y comprender e intervenir en el contexto social, razón por la cual:

 

la enseñanza de la Sociología de la Educación en la profesión docente se debe orientar, fundamentalmente, a poner de manifiesto ese conocimiento de sentido común que conforma la mayor parte de los estereotipos que lastran, desde la reflexividad, el acercamiento crítico a la materia, al estudio de los condicionamientos mutuos entre educación y sociedad, destruyendo los lugares comunes. Se trata, pues, de criticar los mitos irracionales que se encubren en la memoria colectiva, mostrar que las cosas no son siempre lo que parecen (Guerrero, 2007).

 

Y es que la labor de un docente también radica en reflexionar sobre cuál es su papel dentro de la sociedad, qué tipo de estudiante tiene a su cargo y de dónde viene, y en especial, saber que es parte de un sistema educativo. Así, podría cuestionar si lo que enseña está orientado a la mejora de la educación y al cambio de situación en la sociedad actual del estudiante; o es solo un instrumento para mantener en un estado de somnolencia a los futuros ciudadanos, de tal manera que ingresen a la sociedad, como simples fichas, a ocupar un espacio asignado o predestinado de forma casi sobrenatural.

 

En este sentido, EDUCANDO (2015) aclara que, en la formación docente, la sociología de la educación no es una materia, sino un área de conocimiento para entender cómo funciona la educación, qué es la sociedad y cómo se genera el cambio social. Así, podrá incidir en su actuar y proyección frente a ello. La inclusión en los programas de formación de los docentes es poca y es necesario ubicarla en todos los niveles en donde se desempeñarán, formándolos en competencias relacionadas con el saber y el saber hacer sociológico. Al respecto, Jeréz (1990) ratifica que, actualmente, existe marginación académica tradicional de esta disciplina, sólo relativamente superada mediante su integración, reciente y todavía muy parcial, en los planes de estudio y en los currículos correspondientes a la formación y al perfeccionamiento profesional del profesorado.

 

A pesar de los beneficios que presta la sociología de la educación en la formación de maestros, la ausencia dentro de los planes de estudio en la mayoría de instituciones latinoamericanas es evidente. Al parecer, hace solo parte del currículo de los docentes que estudian una maestría o un doctorado, cuando debería integrarse en los contenidos para los futuros docentes que se preparan en una Escuela Normal o en un pregrado en la Universidad. Con la ausencia de este conocimiento para entender y acercarse a la realidad desde las bases, no es de extrañar, en la mayoría de los países de Latinoamérica, el porqué de los bajos resultados y los pocos cambios que se han dado, tanto en educación, como a nivel social.

 

Por otra parte, la omisión de la sociología de la educación en los currículos de formación docente podría leerse como un olvido de las instituciones o como una intención escondida por parte de los que orientan el sistema educativo -recordemos que este hace parte y es orientado desde los que mantienen el poder- para que los futuros educadores de la sociedad realicen su labor sin reflexión. Por tal razón, es comprensible que el gremio de docentes, a pesar de ser numeroso, en pocas o contadas ocasiones expresen una postura de reflexión o crítica a los sistemas educativos. Y es que sin tener una formación o visión sobre el hecho social y el papel que ellos pueden desempeñar como actores del cambio, es imposible que se afecte el estado de las cosas y se genere una educación de calidad.

 

 

¿Qué se ha dicho sobre la sociología de la educación?

Finalmente, en la tabla.2 se presentan algunos comentarios de autores sobre las teorías que se han desarrollado en la sociología de la educación. Valga recordar que la educación es una acción compleja y cambiante, por ello, no se pude esperar que las teorías y enfoques expuestos sobre la sociología de la educación sean el elixir mágico para superar las deficiencias y desarrollar los cambios en los sistemas de educación, y que el tema se ha agotado. Esta es una invitación a revisar qué se ha trabajado y cómo se han dado los procesos de socialización en la historia de la educación, para entender lo que sucede en el momento actual, estar en constante actualización y proponer una teoría que esté acorde al contexto, la época y la sociedad.

 

 

Por otra parte, Rojas (2014) precisa que los aportes de la sociología a la educación se han dado a partir de cuatro pensadores y/o escuelas: Emilio Durkheim con el funcionalismo, Max Weber con el individualismo metodológico, la visión de Carlos Marx y los aportes e influencia de Georg Simmel. El primero, da importancia a las estructuras sociales frente al individuo, en donde la coacción y coerción, mediada por la moral, son las que influyen en el proceso educativo. El segundo, rescata al individuo, su sentido, significado, acciones y decisiones para la comprensión de la sociedad. De ahí, que la educación está unida a la división de clases y a los estratos sociales. El tercero, asume la sociedad como un solo conjunto, en donde hay división de clases sociales con intereses contrarios y, tanto la educación como la escuela, son el resultado de la orientación ideológica de la superestructura. El cuarto, considera fundamental a las asociaciones como las relaciones entre las personas que generan vínculos y grados de cohesión, y precisa que la educación es para toda la vida y no para la sociedad.

 

¿Existe un grado de importancia entre una teoría, escuela y/o entre uno y otro autor? Considero que todas las teorías, escuelas o autores son valiosas como fundamentos, en especial, para la formación de docentes y los interesados en el estudio de la sociología de la educación, o si se desea realizar una investigación social en educación. Es evidente que estas corrientes no se pueden considerar como verdades absolutas. En este caso, la selección de una u otra escuela dependería del enfoque y el objetivo del investigador. En cuanto a Latinoamérica, con lo eclético de los gobiernos y la población, los planteamientos expuestos podrían ser utilizados sin ninguna dificultad. Advierto: adaptándolos a la época, la sociedad y contexto, y teniendo a la socialización como eje primordial del estudio, puesto que es el mecanismo del que se vale la sociedad para producir y reproducir, de manera continua, su propia existencia; gracias a él la sociedad “fabrica” sus miembros (Brigido, 2006).

 

Conclusiones

Una vez realizado el recorrido por el origen, aportes y cuestionamientos de la sociología y la sociología de la educación, se puede concluir que, para dar respuesta al fenómeno de socialización, éstas surgieron de las crisis de la sociedad y la escuela. Sus objetos de estudio, aunque en cierta manera están definidos, son complejos y cambiantes. Así mismo, para el caso de la sociología, los campos en donde se puede implementar son variados. La sociología como ciencia social genera un espacio en el campo de la educación y como resultado de ello surge la sociología de la educación. Es evidente que los gobiernos dirijan su mirada a la educación como elemento para matizar o enmendar los errores. Lo cuestionable es su utilización como un objeto de conveniencia para generar división y estratificación social, lo que promueve la inequidad y la injusticia social.

 

A pesar de reflexionar sobre la educación y su influencia en la sociedad, la sociología vio pasar eventos difíciles para la humanidad como la segunda guerra mundial, dictaduras, comunismo, socialismo y capitalismo. ¿Pudo esta ciencia evitarlo proponiendo una sociedad y educación que no buscara el poder, ni la explotación del hombre por el hombre? Lo importante, es no volver a repetir los errores de la historia, aunque ya van dos guerras mundiales. Al parecer, nos cuesta aprender que a partir de la educación es posible socializarnos y humanizarnos para convivir en comunidad de tal manera que podamos controlar la agresión entre semejantes.

 

Por último, desde las escuelas normales hasta las universidades, tanto en pregrado como en posgrado, la sociología de la educación debe incluirse en la formación de los docentes. De esta manera, se podría garantizar el paso del docente como agente de control o transmisor de conocimientos, a uno que tenga reflexión y conciencia de su papel dentro de la sociedad. Así, podría cuestionar si lo que enseña está orientado a la mejora de la educación y al cambio de situación social del estudiante, o es solo un instrumento para mantener en un estado de somnolencia a los futuros ciudadanos, de tal manera que ingresen a la sociedad como fichas a ocupar un espacio asignado o predestinado de forma casi sobrenatural. Por ello, sin tener un criterio o un norte de hacia dónde va su labor y cuál es su papel dentro del aula para el cambio social, ¿es posible que el docente reflexione sobre su práctica, mejore la calidad de la educación y genere cambios sociales?.

 

Referencias:

 

  • Azevedo, F. (1942). Sociología de la educación: Introducción al estudio de los fenómenos pedagógicos y de sus relaciones con los demás fenómenos sociales. México: Fondo de cultura Económica.
  • Brigido, A. (2006). Sociología de la educación: temas y perspectivas fundamentales. Argentina: Editorial Brujas.
  • Camdepadrós, R., y Pulido, C. (2009). La sociología de la educación desde la pedagogía crítica. Revista Electrónica Teoría de la Educación, 10(3), 56-73. Recuperado en: http://www.usal.es/teoriaeducacion (Enero 1 de 2017).
  • Cárdenas, C. (2009). El enfoque sociológico de la educación: la escuela más allá del Español y las Matemáticas. Reencuentro, 70-75. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=34012024010 (Diciembre 18 de 2016).
  • Castillo, J. (2012). Sociología de la educación. México: Red Tercer Milenio.
  • EDUCANDO (2015). La Sociología y la Educación, aportes a la gestión. Recuperado de: http://www.educando.edu.do/articulos/directivo/la-sociologa-y-la-educacin-aportes-a-la-gestin/ (Enero 3 de 2017).
  • Enguita, M. (1989). ¿Hacia dónde va la sociología de la educación? Recuperado en:http://es.slideshare.net/socioeduca/lectura-hacia-donde-va-la-sociologia-de-la-educacion (Diciembre 16 de 2016).
  • Guerrero, A. (2007). La doble contribución de la sociología a la Formación del profesorado. Revista Internacional de Sociología (RIS). 65 (48), 203-220. Recuperado en: file:///D:/Downloads/74-75-1-PB.pdf (Enero 2 de 2017).
  • Islas, R., Martín del Campo, A., Rangel, L., y Romero, L. (s.f.). Objeto de Estudio de la Sociología de la Educación. Recuperado en: https://es.scribd.com/document/331305693/Sociologi (Diciembre 27 de 2016).
  • Fuentealba, L. (1986). Reflexiones sobre sociología de la educación. Revista de Sociología (1), 1-11. Recuperado en: http://www.revistadesociologia.uchile.cl/index.php/RDS/article/view/27541 (Diciembre 21 de 2016).
  • Jerez, R. (1990). La Sociología de la educación en la formación de profesores: criterios epistemológicos y didácticos y apunte de diseño. Recuperado en: file:///D:/Downloads/21222-21262-1-PB.PDF (Enero 5 de 2017).
  • Llinás, R. (2003). El cerebro y el mito del Yo. Colombia: Editorial Norma.
  • López, O. (1994). Sociología de la educación. España: UNED
  • Lerena, C., y Fernández, M. (1988). La investigación educativa en sociología. Recuperado en: https://sociologicalthinktanksblog.files.wordpress.com/2014/09/lerena-alesc3b3n-carlos-y-mariano-fernc3a1ndez-enguita-la-investigacic3b3n-educativa-en-sociolgc3ada-1988.pdf (Enero 2 de 2017).
  • Rodríguez, R. (s.f.). Sociología de la educación. Recuperado en: http://moodle2.unid.edu.mx/dts_cursos_mdl/lic/ED/EE/AM/01/Nacimiento.pdf (Enero 2 de 2017).
  • Rojas, A. (2014). Aportes de la sociología al estudio de la educación (Autores clásicos). Educación, 38(1) 33-58. Recuperado de http://google.redalyc.org/articulo.oa?id=44030587002 (Enero 2 de 2017).
  • Schaefer, R. (2006). El concepto de sociología. En Sociología de la Educación (Sexta edición). España: MCGRAW-HILL / Interamericana de España, S.A. Recuperado de: http://assets.mheducation.es/bcv/guide/capitulo/8448146409.pdf (Enero 3 de 2017).
  • Tenti, E. (2010). Sociología de la educación (Primera Edición). Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación. Recuperado de: http://cedoc.infd.edu.ar/upload/Sociologia.pdf (Enero 1 de 2017).

Para la utlización de cualquier información publicada en este portal web, se recomienda la citación del autor o autora principal así como el secundario, según el caso. Por su parte, se da fe que cada artículo publicado presenta las correspondientes citas y bibliografía.


Escribir comentario

Comentarios: 1
  • #1

    Yudyt Muñoz Castro (domingo, 10 julio 2022 23:21)

    Un interesante articulo que motiva a reorientar la practica pedagógica. ¡Felicitaciones!