EDUCACIÓN 4

En el comienzo era el verbo: las palabras y la labor de educar

Tany Giselle Fernández Guayana

Especialista en Desarrollo Personal y Familiar. Licenciada en Pedagogía Infantil.

tany.fernandezg@gmail.com

 

Para nadie es un enigma el rol influyente que tiene un educador en la sociedad actual. Desde cualquier campo, se estipula que no sólo se dedican a transmitir un conocimiento, de hecho, su quehacer trasciende. Los formadores son personas que orientan la vida de otras personas por tanto, se ha impresindible rescatar la mayor herramienta que cuenta el hombre, aquella que tiene como fin la construcción de una sociedad, el establecimiento de relaciones y la transmisión de amor: la palabra.

 

Lamentablemente, en los último años, se le ha dado prelación a las influencias de las Tic, al aprendezaje autónomo y otras vertientes que indicen en el aprendizaje, sin embargo,  son las palabras las que impactan directamente en el sujeto. Estoy segura que varias personas guardan en un cofre esas remembranzas: las palabras que dijeron alguna vez sus educadores y que marcaron para siempre su vida; también, han de recordar aquellas que una vez hirieron. Es por esa razón, que el poder de las palabras es dificil de reemplazarlo, éstas son el vehículo por el cual se establece el regalo más bello de la existencia: las relaciones. 

 

Influencia de un educador

Desde el campo de la pedagogía, quienes se dedican a esta labor, se caracterizan por los siguientes elementos:

 

Ejemplo:

El educador vive el llamado “currículo oculto” que se refiere a aquellos aprendizajes que son incorporados por los estudiantes de manera informal y que en la mayoría, son enseñados sin intención expresa. Hace parte de la esfera valoral y actitudinal, de los comportamiento,  formas de relación y los principios que aprenden de sus educadores por medio de la observación (Díaz Barriga, 2006).

Pasión:

Toda persona que se dedica a esta profesión, demuestra su amor al entregarse cada día a sus estudiantes o asesorados sin importar las vicisitudes que se presenten. Como dice Day (2006) “El hecho de tener una buena idea de qué hacer con las personas que se tienen a cargo, es sólo el principio del trabajo de la educación” (p.34).

 


 

Inherencias y palabras

De acuerdo con los estudios, las palabras tienen su origen en el lenguaje. Según la teoría gestual, las palabras se derivaron de un sistema gesticular en el que se podrían haber entremezclado sonidos vocales. Por su parte, el evolucionismo , expresa que “fue producto la necesidad del hombre primitivo para poder comunicarse y así transmitir lo que pasaba en su interior; el hombre por su naturaleza y raciocinio necesita de la comunicación con los demás” (Horcas Villareal, 2009, p.3).

 

Sin importar cuál sea la teoría y el medio lingüístico (gráfico, escritura, habla etc) todas al final recaen en la misma conclusión: la palabra es un elemento inherente a la persona debido a que al tener intimidad (mundo interior) y al ser social (estar rodeado de muchos otros seres igual a él) requiere sacar de sí lo que es con el fin establecer una relación. Y esa es la tarea escencial de los educadores: a través de las palabras establecer una relación entre los educandos y el mundo.

 

La palabra de los educadores

Un formador, profesor, asesor, tutor, tallerista, coaching, padre, madre en su real dimensión, un educador, es ante todo un cuerpo que cuenta con una voz, “una voz que canta, que cuenta historias, que construye arquitecturas imposibles y que abre puertas prohibidas” (Reyes, 2016, p.9). Un educador es quien traza un hilo entre las almas. Por consiguiente, no hay labor más hermosa que la de formar a través de la palabra. Allí se logra hacer permanente lo que se fue, lo que está llegando y lo que se dejará.


Bibliografía

 

  • Day, C. (2006). Pasi.n por ense.ar: La identidad personal y profesional del docente y sus valores. Madrid: Narcea S.A. Ediciones.
  • Díaz Barriga, A. (2006). La educación en valores: Avatares del currículum formal, oculto y los temas transversales. Revista Electrónica de Investigación Educativa. Vol.8, N.1. pp.1-15. Disponible en: www.scielo.org.mx 
  • Horcas Villareal, J.M. (2009). El origen del lenguaje. Contribuciones a las Ciencias Sociales. N.3. pp.1-6. Disponible en: www.eumed.net
  • Reyes, Y. (2016). La poética de la infancia. Colombia: Luna Libros

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