FAMILIA 22

La familia un recurso predilecto para el crecimiento económico

Tany Giselle Fernández Guayana

Magíster en Educación y Desarrollo Humano. Especialista en Desarrollo Personal y Familiar. Licenciada en Pedagogía Infantil. tany.fernandezg@gmail.com

 

 

Actualmente, las personas se encuentran inmersas en un medio donde la actividad comercial es la que prima las relaciones, la estabilidad y el progreso. Todas las transacciones giran en torno a la compra-venta de bienes y servicios en búsqueda de la riqueza, el bienestar, en pocas palabras, de la felicidad. Sin embargo, algunos países se encuentran ante una crisis económica, de la cual, por más que abran sus tratados de libre comercio, les es difícil reestablecerse. Lo anterior, explica que los sectores económicos primarios (recursos naturales), secundarios (manufacturas) y terciarios (servicios) (Contreras, 2000) no son suficientes para el crecimiento económico.

 

Es por eso que la familia, como aquella institución natural, que educa en el amor, que personaliza y que da base a la sociedad (Sierra, 2000), se considera el mejor recurso que tiene una empresa y la sociedad para llevar a cabo las transacciones. Los miembros de la familia no sólo son los medios o “mano de obra” que permiten conseguir una ganancia, cada persona al interior de la familia, es un fin en sí mismo que puede aportar mayor capital cuando se trabaja en pro su sostenibilidad.

 

Es al interior de la familia, donde se aprenden habilidades que se necesitan para la vinculación posterior a la sociedad y en especial, a la empresa. Al respecto, Chinchilla (2001) comenta que las empresas intentan contratar personas con unas características y virtudes particulares, las cuales son vividas también dentro del hogar (Ver gráfico 1):

 

 

Desde esta perspectiva, las habilidades aprendidas al interior de la familia pueden contribuir a que una persona sea un “bien” tanto para la empresa como para la sociedad. En el campo económico, un activo hace referencia a un bien tangible o intangible que posee una empresa o persona natural. Un bien, por su parte, significa aquello que perfecciona (Stork y Aranguren, 2008); entonces, así como los productos y servicios posibilitan el crecimiento y/o perfeccionamiento de una empresa, la misma función cumple la familia.

 

Adicionalmente, cuando la familia y sus miembros, logran ser los fines (no medios) de una empresa, ésta logra consolidarse y alcanzar el éxito. Este es el caso de las Empresas Familiarmente Responsables en Colombia (EFR) como: Colcafé, NOEL, Dorio, Nutresa, Cesa, entre otras (Portafolio, 2014) las cuales, tienen en cuenta al empleado como un ser familiar y social que debe ser reconocido en todas sus dimensiones facilitando así, el equilibrio entre trabajo y hogar. Las EFR, utilizan como estrategia empresarial la formación personal, académica, humanística y “contempla a la familia del empleado como un stakeholder más de la empresa” (Chincilla, 2004, p.165).

 

La familia entonces, debería convertirse en el foco o target de toda empresa y país, porque, a pesar que ha sido desvalorada por grupos ideológicos, por el índice de divorcios, violencia intrafamiliar, la decadencia social y las múltiples problemáticas que se observan en los medios de comunicación, ésta sigue siendo la institución que puede promover el desarrollo.

 

Ahora bien, la familia en su conjunto, contribuye al éxito y despliegue de cualquier institución social, sin embargo, esto no lo podría hacer sin el aporte de cada uno de sus miembros, quienes, desde su rol “esa realidad intrínsecamente humana que existe y permanece desde que el hombre es hombre…” (Chavarría, 1997), brindan elementos particulares y sinérgicos en el grupo, sin importar cuál sea su conformación familiar: monorental, tradicional, compuesta, homosexual o extensa. Pero, para efectos de este artículo, se brinda un ejemplo basado en la propia familia de la autora (familia tradicional) lo cual, no significa que la vivencia de estas habilidades y valores  sea exclusiva a esta tipología:

 

En primer lugar, por parte del padre (u otro miembro), es quién coordina, establece estrategias y responde rápido a las demandas diarias (Dallo, 2013). Es quien aporta ideas y delega funciones en cualquier grupo al que pertenezca. Es quien da ejemplo de éxito y perseverancia (Pérez y chinchilla, 1999) porque por naturaleza, se “abre hacia fuera” exponiendo todo su potencial al medio: a la empresa y el hogar. Es quien brinda su fortaleza, es astuto e inteligente, brinda su experiencia, es modelo de autoridad, y es capaz de enseñar con la palabra y el rostro. (Marías, 1992). También, es unos de los primeros en tomar las decisiones y en arriesgarse por nuevas oportunidades a fin de dar estabilidad a los contextos que le son significativos (Puyana y Mozquera, 2005). Además, es quien establece medios de socialización que posibilitan mayores redes sociales y laborales (Lamus, 1999).

 

La madre (u otro miembro), por su parte, ofrece poder atender varias actividades a la vez gracias a la flexibilidad en sus conexiones neuronales (Dallo, 2013). Aporta empatía, mayor capacidad de conciliación y gracilidad, aquella capacidad de presentar mayor cuidado por lo que hace, por quienes lo hace y con quienes los hace hasta por encima de sus intereses propios (Echavarría, 1996). Brinda el dominio afectivo (Pérez y Chinchilla, 1996) y da ejemplo claro del “don”, de la entrega incondicional y apasionada por aquello que le gusta, quiere y ama (p.110). Es capaz de acoger su contexto y enseña a cogerlo (Aparici, Ballesteros, 2000) y tiende a cumplir una función educativa con lo que hace. Es aquella persona que se caracteriza por ser flexible, orientada al cliente, líder, quien toma también la iniciativa, trabaja en equipo, establece varios canales de comunicación y gestiona el tiempo (Chinchilla y León, 2004). Es quien ontológicamente, brinda su intuición, su dulzura y delicadeza en el trato en todos los contextos donde se desempeñan (Araujo, 2008).

 

Y los hijos, desde la perspectiva económica, aportan un mayor consumo de bienes y servicios como se puede observar en las estadísticas de la CEPAL (2013) (Ver tabla 1): a mayor ingreso económico per cápita, mayor posibilidad de conformar una familia biparental con hijos y por tanto, mayores posibilidades de consumo. Como se observa en la tabla, en el quintil 3, el 36,7% de ingreso posibilita la conformación de un hogar biparental con hijos, en comparación con el 31,1% de los hogares extensos-compuestos, el 13,1% de los hogares monoparentales y el 9.1% de los hogares unipersonales.

 

Por otra parte, los hijos, para la familia, son una fuente de amor, el reflejo vivo de la entrega total y el bien más precioso que tienen los padres, porque además de ser una inversión a largo plazo, como algunos podrían considerarlo, posibilitan que los padres sean mejores cada día, motivándolos a trabajar bien e impulsándolos a ser mejores desde los más pequeños detalles. Los hijos para la economía, también son un bien en la medida que permiten el crecimiento de sus padres en todo ámbito: familiar, laboral, social, espiritual, cognitivo y afectivo.

 

 

Es así entonces como se rescata que la familia es un bien de la economía y por eso, toda institución social ya sea empresa, comunidad o grupo, se debería considerar “trabajador y miembro como una persona” (Riesgo, 1994).

 

La familia es el mejor bien porque “brinda amor”, ejercido por el buen ejercicio de la autoridad (Riesgo, 1994, p.133); es un bien que brinda “ejemplo” para que quienes integran el grupo, logren trabajar en pro de un proyecto común; es un bien porque es una “comunidad de participación”, donde quienes conforman esa colectividad, se sienten pertenecientes y responsables de las decisiones al interior del mismo; es un bien debido a que atiende los pequeños detalles, favoreciendo así, la comunicación mutua y el ambiente de convivencia (p.184); es un bien que enseña la comunicación entre los mandos a través del buen trato, la relación afectuosa y el cuidado mutuo. En síntesis, la familia es el bien predilecto de la sociedad y la economía debido a que cada uno de sus miembros, de manera individual y en conjunto, aporta mayor energía, pericia, conocimiento, experiencia y afecto en la medida que se reconozca su valor intrínseco.

 

Referencias Bibliográficas:

  • Aparisi, A. y Ballesterios, J. (2002). Por un feminismo de la complementariedad. Nuevas perspectivas para la familia y el trabajo. España: EUNSA
  • Araujo, A.M., Vanegas, B., Ochoa, S. (2006). La felicidad conyugal. Un proyecto de vida. Colombia: Universidad de La Sabana
  • Araujo, A.M. (1992). Pensamiento antropológico de Julián Marías. Bogotá: Universidad de La Sabana.
  • Chavarría Olarte, M. (1997). Paternidad ayer, hoy y mañana. Revista Educación y Educadores. Vol. 1; p.64 -73. Colombia: Universidad de La Sabana
  • Chinchilla, N. y León, C. (2004). La ambición femenina. Cómo re-conciliar TRABAJO y FAMILIA. Chile: AGUILAR.
  • Contreras Diago, H. (2002). Familia y Trabajo. En Persona y familia en el mundo actual. Colombia: Universidad de La Sabana
  • Dallo, E. (2013). Hombre/Mujer somos dos mundos aparte. Citado el día 9 de abril del 2014. Disponible en: http://www.elmundo.es/cronica/2013/12/08/52a3332961fd3dbc0a8b456a.html
  • Lamus Canavate, D. (1999). Representaciones sociales de maternidad y paternidad en cinco ciudades colombianas. Universidad Autónoma de Bucaramanga, N2, p: 1-11. Colombia. Disponible en: http://revistas.unab.edu.co/index.php?journal=reflexion&page=article&op=viewArticle&path%5B%5D=887
  • Pérez López, J. A. y Chinchilla N. (1999). La mujer y su éxito. España: EUNSA
  • Puyana Villamizar y Mozquera Rosero, C. (2005). Traer “hijos o hijas al mundo”: significados culturales de la paternidad y la maternidad. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, Vol 3, No 2, p:1-21. Colombia. Disponible en: http://revistaumanizales.cinde.org.co/index.php/Revista-Latinoamericana/article/view/302
  • Sierra, A. (2002). Generalidades de la familia. En Persona y familia en el mundo actual. Colombia: Universidad de La Sabana
  • Yepes Stork, R. y Aranguren Echavarría, J. (2008). Fundamentos de Antropología. Un ideal de la excelencia humana. España: EUNSA.

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