HUMANIDADES 3

El ocio también hace parte de un arte

Tany Giselle Fernández Guayana

Fernández Guayana, T.G. (2018). El ocio también hacer parte de un arte. Periódico CAMPUS Empleados. pp.10

Ed. 1.462. Chía: Universidad de La Sabana. ISSN: 2256-2397

Disponible en: https://intellectum.unisabana.edu.co/handle/10818/33408

 

 

“No gastes el tiempo que es oro” es una expresión que constantemente se escucha cuando se ve a una persona que está haciendo algo inútil en un momento determinado. Utilizarlo bien, es entonces una tarea que sólo es concebida correctamente cuando se invierte en algo productivo como sucede con el trabajo. Sin embargo, se desconoce que el ocio también brinda enriquecimiento personal, de hecho, constituye uno de los fines de la humanidad: la felicidad.

 

Para los antiguos griegos, el ocio significaba una forma de entrega a la contemplación, la búsqueda de la verdad y la facultad especulativa (Rul-lán Baudes, 1997). Para ellos, tenía mayor importancia que el trabajo puesto que “la naturaleza misma busca no sólo el trabajar correctamente, sino también la capacidad de gozar bien del ocio”, así lo afirmaba Aristóteles (1991, p.1337). Y tiene razón, una vida dedicada exclusivamente al trabajo puede acabar con una persona, con una familia y con una sociedad. El ocio abre el espíritu para dejarse admirar y sorprenderse con los pequeños detalles de la vida: respirar con el sol al aparecer, fijarse en la luz que proyectan los ojos del ser amado o conmoverse con el gesto de un niño.

 

No obstante, en el mundo moderno, este tipo de actividad se torna difícil de llevar a cabo debido a la constante demanda de trabajo que tienen las personas desde su infancia: se sale de un lugar a otro y luego a otro y a otro. Por esa razón, no se dedica el tiempo para disfrutar lo que se hace. Según Gaspar Rul-án (1997) el ocio necesita educación ya que va vinculada a la dimensión lúdica de la persona, aquella que posibilita la diversión en el ser humano. Es importante educar en la propia voluntad de saber utilizar el tiempo en aquello provoca total satisfacción y que a su vez forme.

 

No hay que confundir el ocio con la inactividad. Por el contrario, se refiere a “la actitud y predisposición del ser frente a la vida y la cotidianidad” (Jiménez, 2012, p.1). El ocio permite que toda persona, sin importar su edad, se llene de gozo acompañado de la distención que producen las actividades relacionadas con espacios vitales (Pérez Atehortúa, 2012; Hernán Echeverri & Gómez, 2009). La lúdica sirve como medio del ocio, para explotar la propia necesidad de sentir, expresar, comunicar y producir emociones primarias (reír, gritar, llorar, gozar) las cuales producen entretención, diversión y el esparcimiento (Castillo, 2009).

  

El ocio, por lo tanto, posibilita la vivencia de actividades voluntarias que provocan alegría. Es por ello que no puede ser sinónimo de tedio ya que una vida aburrida aleja de la felicidad: “En cuanto a lo de alabar más la inactividad que la acción, tampoco se ajusta a la verdad, ya que la felicidad es actividad” (Aristóteles, 1991, p.1251). En pocas palabras, el ocio es una experiencia humana relacionada con los valores y significados profundos (Cuenca, 2000, p.91), es una fuente de desarrollo y prevención que transforma la existencia en un camino lleno de sentido.

 

 

Y para lograrlo, el ocio se permea de unos ámbitos de relación y desencuentro, los cuales, Manuel Cuenca (uno de los fundadores del Instituto de Estudios de Ocio) postula a continuación:

 

Dimensión

Ambiental

Permitirse disfrutar en todo tipo de ambientes desde el rol de actor o de espectador. Sin importar el espacio en el que la vida transcurra, se recrean comportamientos para alimentar un nuevo estilo de vida que afecta la forma de pensar, sentir y actuar. 

 


Dimensión

Creativa

Espacio de contemplación y distensión personal donde lo gratificante no es la acción en sí misma si no la actitud ante la acción. Todo ello, a partir de la oportunidad de elegir libremente el qué, cómo, cuándo, dónde y el para qué del ocio (Calderón Medina, 2010).

Ejemplo: Un verdadero escritor, disfruta escribir porque le produce gran satisfacción plasmar lo que lleva dentro mientras acaricia cada palabra que se posa en su mente, así no le reconozcan económicamente ni una sílaba. El ocio es un espacio de encuentro consigo, de autorrealización, de aprendizaje y formación continua: el dedicarnos a hacer lo que más amamos, cada día mejor, así no nos paguen.

 


Dimensión

Solidaria

Como seres sociales, es innegable que el ocio sea también una experiencia altruista donde se hacen partícipes otras personas. La apertura, la comunicación y la entrega a otros posibilitan abrir un espacio de encuentro gozoso que conduce a la expresión del ser humano. El egoísmo no es una posibilidad en el desarrollo de esta experiencia (Pieper, 1974).    


 

El ocio es una experiencia altamente subjetiva (Pérez Porto & Gardey, 2009), por lo cual no hay que juzgar, quién determina sí cierta actividad cumple con los requisitos del ocio o no, es la persona quien la vive y practica.

 

Así que, si alguien te dice que no pierdas el tiempo, ten la tranquilidad de que estás utilizando la mejor herramienta para modificar el mundo material y mental por medio de un esfuerzo (Fernández de Arroyabe, 2008). Recuerda que así encontramos la felicidad los poetas: contemplando la belleza y plasmándola con dedicación, con pasión, así es como nos hacemos acreedores de las más valiosas monedas: las palabras.

 

Referencias:

  • Aristóteles. (1991). Política. Madrid: Alianza Editorial.
  • Calderón Medina, C.O. (2010).  Las concepciones teóricas sobre tiempo libre, ocio, recreación, actividades creativas y recreativas. Anuario del doctorado en educación: pensar la educación. N.4. pp. 181-193
  • Castillo, P.A. (2009). Criterios transdiciplinares para el diseño de objetos lúdico didácticos. Argentina. Disponible en: www.palermo.edu 
  • Cuenca Cabeza, M. (2000). Ocio humanista. Documentos de Estudios de Ocio. N.16. Disponible en: www.deusto-publicaciones.es
  • Fernández de Arroyabe. (2008). Las ideas del ocio estético en la filosofía de la Grecia Clásica. Documentos de Estudios de Ocio. N.34. Disponible en: www.deusto-publicaciones.es
  • Hernán Echeverri, J., & Gómez, J.G. (2009). Lo lúdico como componente de lo pedagógico, la cultura, el juego y la dimensión humana. Disponible en: www.blog.utp.edu.co 
  • Jiménez, C.A. (2012). Hacia la construcción por: del concepto de “lúdica”. Disponible en: www.ludica.com.co
  • Pérez Atehortúa, R.E. (2012). Dimensión Lúdica en la vida del ser Humano. Disponible en: www.rossyludica.blogspot.com.co 
  • Pérez Porto, J., & Gardey, A. (2009). Ocio. Disponible en: www.definicion.de 
  • Pieper, J. (1974). El ocio y la vida intelectual. Madrid: Ediciones Rialph.
  • Rul-án Baudés, G. (1997). Del ocio al neg-ocio… y otra vez al ocio. Papers: revista de sociología. N.57. pp. 171-193
  • Valerdi González, M.A. (2005). El tiempo libre en condiciones de flexibilidad del trabajo: caso tetla, Tlaxcala. Edición electrónica gratuita. Disponible en: Texto completo en www.eumed.net

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