Cuando el aburrimiento familiar se vuelve una oportunidad
Tany Giselle Fernández Guayana
Fernández Guayana, T.G. (2017). Cuando el aburrimiento familiar se vuelve una oportunidad. Periódico CAMPUS. pp.8 Ed. 1.422. Chía: Universidad de La Sabana. ISSN: 2256-2397
Disponible en: https://intellectum.unisabana.edu.co/handle/10818/31589

En el mundo moderno, las personas se encuentran inmersas en un medio donde abundan actividades que solo culminan hasta el momento de ir a dormir. No obstante, en ese transcurrir cotidiano, a veces el tiempo se detiene; son momentos para liberarse de todas las actividades, para abrir camino, no solo al descanso, sino al llamado aburrimiento.
Cuando el tedio —aburrimiento— toca a la puerta, es inimaginable cómo combatirlo. Cuando se dice “no hay nada qué hacer”, se presenta conciencia sobre la disposición del tiempo, pero se siente un vacío debido a que no se sabe cómo o en qué utilizarlo (Kierkegaard, citado por Alvira, 2013). Según Frankl (2004), al no saber aprovecharse, se desprende consigo “la apatía, la insatisfacción y la falta de interés”. Y allí radica la adversidad familiar, pero también la oportunidad.
Así como se potencia el ser humano, el aburrimiento también contiene unas dimensiones a las cuales se les puede sacar ventaja:

1. Dimensión relacional. Según Alvira (2009) manifiesta que el ensimismamiento produce una cierta muerte personal en la cual se olvida el verdadero camino hacia la entretención: el carácter social. De hecho, en una investigación de Musharbash (2007), se evidenció que el aburrimiento se relacionaba con la ausencia de relaciones interpersonales: “El aburrimiento: ausencia de conectividad social, de empatía y tendencia a la soledad” (p. 4).

2. Dimensión espiritual. Heidegger afirma que este es “un temple del ánimo fundamental, una manera básica para encontrarnos” (Lesmes, 2009, p. 195). Dicho en otras palabras, el tedio se “asemeja a una luz que ilumina el mundo de la existencia y la interpretación del ser” (Quevedo, 2001).

3. Dimensión dinámica. Es en su propio estado que se busca la novedad, así como sucede en el caso de una visita: el tiempo que transcurre produce tedio; empero, su propia dinámica permite la distracción. Y ese es el objetivo de la resiliencia: sobreponerse a los acontecimientos amenazadores o estresantes creando destrezas protectoras que permitan recuperarse y adaptarse con éxito (Cabrera, Aya & Cano, 2012; Fernández Guayana, 2012).
Por lo tanto, el aburrimiento logra sobrellevarse en la medida en que se haga un cambio de actitud. Puede aprovecharse el tiempo estancado para tomar decisiones que generen movimiento en las relaciones interpersonales dentro y fuera del hogar. Del mismo modo, la familia debe asumir el tedio como un motor de creatividad y de acción, así como una oportunidad de preparación y de aprendizaje (Henderson Grobeth, 2003). En resumen, desde una forma poética: Toda adversidad cambia en la medida que, entre su nudo, se encuentre el hilo que permita la construcción de una nueva madeja.
Bibliografía:
- Alvira, R. (2013). ¿Qué es el aburrimiento?. Revista Humanitas. N.5. pp.7-12
- Cabrera García, V.E., Aya García, V.L. & Cano, A.M. (2012). Una propuesta antropológica para la comprensión de la resiliencia en niños: las virtudes humanas. Persona y Bioética. 16 (2), 149-164.
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