Al entrar en intimidad con el anterior monólogo quedan en el ambiente distintos sentires: uno corresponde a la certeza de la vida para la muerte, el otro del dolor como fuente de sentido. Voy a inclinarme por el segundo. ¿Cómo lograr ser feliz si la vida se encuentra atiborrada de sufrimiento? Al respecto he de decir: el dolor, la tristeza, el miedo y el abandono son compañeros inevitables de la vida humana (Yepes y Aranguren, 2008). Ignorarlos nos llevaría a mantenernos alejados de la realidad.
La película, “La Habitación de Marvin”, es un filme que rescata, la relevancia del valor de la vida, sin importar las problemáticas, disgustos, peleas, engaños y demás conflictos que se viven al interior de una familia, puesto que, la manera de poder solucionar los problemas es reconociendo la valía que tiene cada miembro familiar y la importancia de su existencia en la propia.
La búsqueda de la felicidad es personal, pero el medio común para llegar a esta meta suele ser el amor. Por tanto, quien no comprende o halla el amor suele percibirse como desdichado. De ahí el uso de frases como “no creo en el amor” o “el amor no existe”. Entre los seres vivos, el ser humano es el más vulnerable al nacer; necesita de otros para sobrevivir, crecer, dialogar, aprender hábitos, entre otros aspectos esenciales en su desarrollo.