En este texto comparto una experiencia pedagógica que recoge las características teóricas y prácticas sobre el desarrollo humano y sus implicaciones sociales. Comienzo describiendo el programa educativo, luego la experiencia donde participé y finalmente la pongo en análisis con los postulados teóricos a través de la metáfora de la red.
En las últimas semanas se instauró en Colombia, un hecho jamás esperado: la despenalización del aborto. Este tema, que trae consigo muchas posturas a favor y otras en contra, suscitan en las familias dificultades y dilemas. Para nadie es desconocido que hablar sobre el aborto con nuestros adolescentes y jóvenes, sea una tarea sencilla, especialmente por la carga moral que conlleva.
El trabajo no es la única vía que conduce al desarrollo, de hecho, son varios los espectros y miradas que tiene este enfoque y todos, a su vez, desembocan en una misma conclusión: el desarrollo es inherente al ser humano, por consiguiente, abarca todas las dimensiones que lo componen, no sólo el campo laboral. De manera que: el desarrollo no llega de la mano del trabajo.
Ante las demandas que la sociedad actual expresa a gritos, se hace imprescindible replantearse qué papel estamos ejerciendo los profesionales para atender a la diversidad, la pluralidad, la integralidad, la diferencia, la equidad en oportunidades y demás necesidades que día a día surgen en el mundo. Lo cierto es que hoy no se puede concebir una sociedad exclusivamente autómata/de fábrica si no que ha de ser resignificada volcando su atención a la raíz: a lo humano.