Si te has preguntado cómo lograr ser un mejor padre o una mejor madre con tu hijo o hija adolescente, de seguro has encontrado algunas respuestas en torno a la comunicación, al comportamiento, a las pautas de crianza y al monitoreo parental. Pero, por raro que suene, para lograr una relación con sentido los cambios suelen ser sutiles, aunque significativos. Es por esa razón que en este artículo comparto algunas estrategias y pautas que pueden ser pasadas desapercibidas en las prácticas
En las últimas semanas se instauró en Colombia, un hecho jamás esperado: la despenalización del aborto. Este tema, que trae consigo muchas posturas a favor y otras en contra, suscitan en las familias dificultades y dilemas. Para nadie es desconocido que hablar sobre el aborto con nuestros adolescentes y jóvenes, sea una tarea sencilla, especialmente por la carga moral que conlleva.
Son varios los padres y educadores quienes temen cuando les toca hacerse cargo de un grupo de jóvenes que se encuentren en la etapa de la adolescencia. Si bien el término ha acuñado una serie de estigmas, esta etapa no es siempre lo que parece. Es así entonces como en el presente artículo, se develan los significados en torno a la etapa de la adolescencia, con el fin de que las personas alrededor de esta logren acoger lo maravilloso de su cosmovisión.
En la actualidad, la innovación educativa ha sido un tema poco examinado en el ámbito escolar y universitario, y aunque se estén presentando algunas prácticas pedagógicas en la educación básica-media, no brindan el resultado que se espera en una sociedad en pleno siglo XXI. ncorporar nuevas herramientas o instrumentos tecnológicos en la educación como son los medios audiovisuales, fomenta la materialización de ideas que luego serán de apoyo a la hora de enseñar.
“¿Cuál es mi sentido?, “¿cuál es mi misión?”, “¿Cómo me hallo?, consideraría, son unos de los cuestionamientos que para varios jóvenes y hasta para algunos adultos, todavía no tienen respuesta. Y es que definitivamente, la persona por naturaleza presenta una ávida búsqueda por su rumbo y su destino. La variedad de estímulos no permiten que nos concentremos en lo que realmente importa y sin darnos cuenta, dirigen nuestra atención a cumplir exigencias para la vida actual, pero sin significado.
No es raro para nosotros, afirmar que la familia tiene varias misiones en el mundo, bien sabemos que debe ser la principal educadora de los hijos, escuela de comunicación, promotora de afectos, ejemplo de autoridad, motivadora de la participación y constructora de valores. Sin embargo, no cabe duda que tiene una misión adicional, un “algo más allá”, un fin trascendental el cuál sólo pocos han descubierto y que en esta oportunidad me atrevo a llamarle el “undécimo mandamiento”.
Para algunos, no es desconocido que en la actualidad “ya nada es privado”, por aquello de estar en bases de datos que registran y actualizan información sobre la vida de las personas. Y si nos trasladamos al mundo de las redes sociales, se ha de encontrar que estas conocen más de los usuarios que ellos de sí mismos, aspecto que debe mantenernos en alerta.